Después de 160 años, el periódico más respetado del mundo, The New York Times, tiene a una mujer sentada en el asiento del director, uno de los más codiciados y relevantes asientos del poder universal. Lo calificaron de histórico. Tina Brown, la periodista que sacó a The New Yorker del mamertismo y está por reinventar Newsweek, llamó el nombramiento un triunfo de la mujer en los medios. Un estudio reveló que las mujeres representan el 36 por ciento de las salas de redacción estadounidenses. Otro estudio estimó que son el 16 por ciento. De 500 medios en 60 países examinados en un estudio, el 73 por ciento de los editores eran hombres. Se suele decir que la escena del periodismo internacional está monopolizada por hombres y que el machismo es una práctica recurrente en este follón competitivo y solapado que son los medios de comunicación.
¿Qué pasa en Colombia?
Desde que apareció la prensa independiente, desde que en los años ochentas los medios dejaron de ser una mera extensión de los partidos políticos –un sector, ese sí, dominado por machos–, el papel de la mujer en la prensa colombiana ha crecido en calidad y cantidad. Esta es, temo decirle, una columna positiva.
La primera generación con influencia salió de la naciente revista Semana en los ochentas. Su dueño, Felipe López, siempre se ha rodeado de mujeres: de su harén salieron María Isabel Rueda y María Elvira Samper, dos señoras periodistas que no solo han ejercido un papel importante como opinadoras y denunciadoras, sino que, con el noticiero QAP, demostraron que las mujeres pueden estar a la cabeza de medios importantes. Cecilia Orozco, una de las mejores columnistas en la actualidad y directora de Noticias Uno, también trabajó para López en el Noticiero de las Siete. Al igual que Pilar Calderón y María Elvira Bonilla. Ahí ya tenemos un puñado de periodistas que superaron los obstáculos de ser mujeres en un mundo de hombres.
¿Hay que mostrar piernas a manera de Viena Ruiz para tener voz y voto en los noticieros? Los anteriores ejemplos demuestran que no. La actual directora de noticias RCN, Clara Elvira Opina, ha hecho lo que ha podido para sacar al noticiero del oscurantismo que demandan sus televidentes. Y todavía puede hacer más. Claudia Gurisatti es más presentadora que periodista, pero su Noche ha tenido puntos de relevancia y su labor como directora del canal internacional ha sido buena. De Vicky Dávila es fácil burlarse, porque da papaya y pasó por un momento de uribismo fanático que no le conviene a ningún periodista. Pero desde que decidió ser una periodista balanceada y preguntona y juiciosa ha cogido forma como periodista seria. Su Twitter puede ser irritante, su ‘hola’ exasperante, su Cosa política cursi. Pero Vicky Dávila, sobre todo como directora de La FM, ha mejorado. Otra periodista que está de moda en radio es la joven Camila Zuluaga, que aprovechó con juicio la confianza que le dio Julio Sánchez en al La W y se perfila como la sucesora de Félix.
Nunca una mujer se ha sentado en los asientos más codiciados de los impresos colombianos, los equivalentes a la dirección del Times: la de Semana, El Tiempo o El Espectador. Pero sí se han visto mujeres con la batuta de medios importantes. Cromos fue pionera en el mercado de revistas gracias a dos mujeres: Margarita Vidal, una de las mejores entrevistadoras en el país, y Marianne Ponsford, hoy directora de la genial Arcadia y autora de editoriales agudos y relevantes. El Colombiano, con María Mercedes Gómez al mando, se ha convertido sin escrúpulos en un estilo de Fox News paisa que le hace contrapeso al antiuribismo de los medios bogotanos. Y eso vale.DonJuan, que es desigual pero está bien diseñada y escrita, es obra de una mujer: María Elvira Arango. Los dos medios digitales más reconocidos son conducidos por mujeres: María Elvira Bonilla dirige la cada vez más comentada Kien&Ke y Juanita León hizo el medio de análisis y periodismo político más serio del país, La silla vacía. Las versiones radiales de Caracol y RCN son dirigidas por mujeres, Diana Calderón y Yolanda Ruiz, ambas buenas.
Mujeres opinadoras hay buenas y muchas: desde la experimentada María Jimena Duzán hasta la leída Carolina Sanín, desde la valiente Claudia López hasta la original Catalina Ruiz-Navarro, desde la irreverente Salud Hernández hasta la elocuente Natalia Springer. Hay mujeres con opiniones frescas, diversas y bien escritas para rato.
¿Por qué nos va tan bien, si este es un país machista y mojigato? Tal vez Florence Thomas diría que no: que la mayoría se han regalado al poderío del monopolio masculino. Tal vez, sí, muchas han tenido que mostrar piernas para ser oídas. Y tal vez los medios todavía estigmatizan a la mujer como un objeto: que SoHo y DonJuansean medios masivos es un fenómeno único de este país. Tal vez el periodismo de género no exista en Colombia: ni Fucsia ni la edición para mujeres de SoHo cuentan como tal. Y tal vez no haya razones para celebrar: de los 62 columnistas de El Tiempo, apenas 10 son mujeres, y solo 19 de los 108 columnistas de El Espectador son mujeres. Tal vez haya mucho que hacer todavía para que la mujeres sean oídas en los medios en Colombia.
Pero después de que el nombramiento de Jill Abramson como directora del periódico más reconocido del mundo me hizo pensar en el estado de las mujeres periodistas en Colombia, caí en cuenta de que, para mi sorpresa, en esto no estamos tan mal como siempre estamos en todo. ¿Por qué? Tal vez porque el gremio del periodismo, a diferencia de la industria o la política o las finanzas, es liberal, progresista y cosmopolita. Y tal vez por eso hay indicios de que en este tema, solo en este, Colombia no está en una crisis abrupta. Y eso sí que es una sorpresa.
Fuente: http://www.kienyke.com/2011/06/09/la-mujer-y-los-medios-en-colombia/