Foto tomada: google images

Lo que en principio fue una protesta pacífica de maestros y estudiantes en la ciudad de Ibagué, en el marco de manifestaciones simultáneas nacionales, degeneró en actos de vandalismo contra la sede del diario El Nuevo Día.

Cerca del medio día, cuando las movilizaciones de protesta por la ley de transferencia de recursos estatales a las regiones culminaban en el parque Manuel Murillo Toro, cerca de 200 estudiantes de la Universidad del Tolima y algunos colegios, se concentraron frente a la sede del diario para calificarlo de “amarillista”, y de “fascista uribista”.

 Entre tanto, impedían la salida de los trabajadores del periódico que se aprestaban a almorzar, para finalmente lanzar piedras y objetos contundentes contra las instalaciones del diario.

Ante la situación, directivas del medio de comunicación propusieron un espacio de dialogo con la manifestantes, pero fueron rechazados por los furibundos estudiantes.

Esta fue la segunda agresión que debió padecer El Nuevo Día en sólo una semana. El martes pasado, un equipo periodístico que cubría la asamblea entre alumnos y autoridades de gobierno, fue abordado de manera agresiva por los universitarios y obligado a borrar las fotografías que sobre el evento había realizado.

“Este tipo de actos vandálicos, dejan solo un saldo: pérdida de legitimidad del motivo de la protesta, por la muestra de intolerancia. A esos estudiantes, les recordamos que los periodistas somos simplemente el mensajero y que muchas veces, son reporteros quienes develan desmanes contra el movimiento estudiantil”, declaró Eduardo Márquez, presidente de la Federación Colombiana de Periodistas, FCP.

“Ahora bien, eso de exigir borrar fotografías con amenazas, pone a los futuros profesionales al mismo nivel de los depredadores de la libertad de prensa en Colombia que, haciendo uso de la fuerza, han intentado, infructuosamente, silenciar las voces que denuncian sus atropellos. Por todas estas razones, rechazamos esa nueva agresión contra el ejercicio del periodismo y les hacemos un llamado a la reflexión”, concluyó Márquez.

 

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